Encontré este estupendo cartel en la página de Jim Botó. Lo firman Daniel Pennac (ganas tengo de leer su último libro) y Quentin Blake (archiconocido por sus ilustraciones a los libros de Roald Dahl). Lo pongo en el margen (gracias por tu ayuda Santi) para recordar mis derechos (y un deber) cada vez que abra el cuaderno.
Te ha “quedao niquelao”, efectivamente el cartel es estupendo, muy imaginativo… y pensar que tengo un hijo ilustrador dedicándose a otros menesteres, se lo voy a enviar para que no se relaje 😉
Genial. Los había leído, pero no los había “visto”.
Me alegro de que os haya gustado. Santi, el mérito es todo tuyo, que ya sabes que yo no me entiendo bien con la informática.
Por cierto, que acabo de ver que Luis Daniel González publica hoy una entrada sobre el libro de Pennac:
La cita que sigue me parece genial:
«—¿Sabe usted el único modo de hacer que se ría el buen Dios?
Vacilación al otro extremo del hilo.
—Cuéntele sus proyectos.
En otras palabras, no pierda la cabeza, nada ocurre como está previsto, es lo único que nos enseña el futuro al convertirse en pasado.»
Creo que se lo pediré a los Reyes Magos.
Lo quiero, en grande-grande, para hacerme un poster. Se acabó el complejo de culpa por no acabar un libro!
ah, y el libro de Pennac, yo también tengo recortada una reseña para pillarlo en cuanto pueda. Si es como promete ser, debería ser de lectura obligatoria en las escuelas (aunque nada, y menos una lectura, debería ser obligatoria, pero se podrían leer fragmentos de él en voz alta por el profe, seguro que muchos niños se iban a sentir identificados y consolados/animados).
Lo de los proyectos a Dios es impagable 🙂
No sé por qué, M. Luz, pero me dá que el libro de Pennac NO será de lectura obligada en las escuelas.
En cuanto al póster parece que la editorial lo editó en Iberoamérica. Intentaré enterarme si se puede conseguir aquí. Mientras tanto, puedes pinchar la imagen y ampliarla lo suficiente para una copia decente en DIN-A4.
no, seguro que no 😦 Todavía guardo un rencor, parece que ya insuperable, contra la literatura española por el hecho de haberme tenido que tragar, a mis tiernos 12, 13 añitos, cosas como “El libro de buen amor”, “La Celestina” y otras barbaridades que sin duda son la delicia de niños y mayores de todo el mundo. ¿Para cuándo algún politicucho en educación pensará una lista para aficionar a los chavales a la lectura con cosas como “La guerra de los botones”, “La isla del tesoro” y cosas así?
A mí me pasaba lo mismo y, al cabo de los años, he vuelto a muchos de aquellos libros y me he encontrado disfrutando de su lectura.
El problema quizá sea que te obliguen a leerlos. Estoy convencido de que si los pusieran en una lista negra y circulasen de modo clandestino se leerían con mucho más gusto.
Gracias por compartirlo, es muy ilustrativo!!
No hay de qué… y a disfrutar con nuestros derechos!!!